Despues
de todo, tú, ni corres bicicleta, ni caminas, ni siquiera vives en Cabo
Rojo; por qué ha de importarte? “Que breguen allá los que corren
bicicleta, esos son los que están con eso, en vez de irse a otra
parte…con tanto sitio pa’ correr y se empeñan con quedarse ahi! Esta
gente! Por eso la isla está como está!” Es triste aceptarlo, pero no me
cabe duda que eso es lo que piensan muchos y por eso se mantienen
alejados de este asunto tan importante para Cabo Rojo y para Puerto Rico
y su gente. Sin embargo, es ese desligamiento, tal vez, esa apatía, la
que de veras tiene a la isla recibiendo los golpes que le abaten a
diario. A pocos le importa, o se sienten totalmente ajenos a las causas
que afectan el país y/ó esperan que alguien resuelva sin que ellos hayan
movido un dedo.
“Qué
calor, es insoportable!!!” “Chico, alli asaltaron a uno en pleno día.”
“Pues, alli cayó redondito, porque tenía la presión por los quintos
cielos y la diabetes se lo estaba comiendo, aunque algunos dicen que era
que tenía las venas tapá’s, yo no sé!”,“El pueblo con un aguacerito se
inundó y está el agua que llega hasta la calle Brau. Eso parece un mar;
se salió la quebrada Mendoza y las casas en la urbanización La
Concepción están de agua hasta la mitad. Eso es pérdida total.” “Ay,
mi’jo, si ya casi ni se escucha el coquí. No, ya tampoco se ven tantos
pichones como antes.” Creo que muchos de nosotros hemos escuchado al
menos un comentario que se asemeja a alguno de éstos. Lo triste está en
el espejismo de la inabilidad del pueblo, porque el
pueblo sí tiene poder! Es fácil quejarse del calor, pero la pregunta es,
cómo no han de defenderse los pulmones del pueblo? Es fácil quejarse de
la criminalidad, pero se nos hace fácil restarle importancia a los
deportes sanos que fomentan la buena salud, física y mental de sus
habitantes. Hemos presenciado varias veces los estragos causados por la
Quebrada Mendoza, pero no se levanta el pueblo a defender El Campito. No
se escucha el canto del coquí por doquier como hace años atrás, pero
estamos dispuestos a que se destroce y elimine el habitat de cientos ,
sino miles de animalitos que viven en El Campito. No se levanta el
pueblo a protestar en defensa de los más de mil árboles que se perderán
si se elige el cemento, en vez de la naturaleza.
Si
se destruye para “progresar”, no se puede llamar progreso. El cemento
no se respira, no te va a traer “fresco”, ni va a ayudar a preservar el
cauce natural de la quebrada y es más, ni el complejo que quieren
edificar, va a ser tan significativo comparado con lo que se arriesga.
De
acuerdo a las cifras indicadas por el Licenciado Ricardo Delestre,
portavoz del Movimiento Salvemos El Campito, el 54% de la isla ha sido
urbanizado.
La
deforestación en la isla parece importarle a muy pocos, sin embargo es
un tema que se discute vehementemente a nivel internacional. Por qué no
ha de importarnos? Ahora son 8 cuerdas, la misma mitad de El Campito, y
despues? Qué es lo próximo?
No
podemos permitir que se destruya lo nuestro cada vez que aparezca una
compañía extranjera (ni criolla!) que lo menos que le importa es el
bienestar de nuestro pueblo. Esto es un interés puramenta económico y no
precisamente para el Caborrojeño. Pero tambien no se detiene en Cabo
Rojo, cada vez más escuchamos de los derrumbes; cae un aguacero y la
carretera tal y tal quedó intransitable, los ríos ya no saben ni por
dónde coger para llegar hasta el mar, porque estamos alterando tantas y
tantas cosas obviando el respeto que se le debe a la Madre Naturaleza.
Sentir
la brisa fresca, ver un bosque, escuchar el cantar de los pájaros, el
sentirte bien despues de haber estado con buenos amigos ejercitándote,
haber sembrado un árbol o una planta, el observar coloridas mariposas,
siempre nos hace sentir bien y despues de todo, tiene mucho más valor
que el peso que se pueda echar otro en su bolsillo.
Te
exhorto a que te unas a la campaña para proteger El Campito, bosque
urbano de Cabo Rojo, Puerto Rico (Borikén). Ya es hora de que reclames y
protejas de pie lo que te corresponde. Lucha por tu pueblo, lucha por
Puerto Rico. Únete a Salvemos El Campito, déja que tu voz se escuche.
Llama a la alcaldía, habla con la alcaldesa, los asambleístas, el que
sea, pero déjales saber que estás llamando para que sepan que quieres
que se proteja El Campito. Los pulmones de Cabo Rojo no están a la
venta!
Autor: Tai Pelli
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