BORIKEN - Un grupo de arqueólogos y antropólogos estuvieron de acuerdo en que la ruta propuesta para el Gasoducto tendría un impacto real ante la existencia de yacimientos indígenas y de otras culturas que forman parte de nuestra historia, por lo que recomendaron al Gobierno realizar un estudio exhaustivo de las zonas que serán impactadas. Las conclusiones fueron resultado del foro Nuestro Patrimonio Arqueológico y el Gasoducto, organizado por el Comité Toabajeño Contra el Gasoducto junto al Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (CEAPRC) ubicado en el Viejo San Juan.
El foro se nutrió de varias ponencias y perseguía educar a la comunidad sobre la importancia de preservar nuestros tesoros arqueológicos y el peligro que supone la consecución del gasoducto propuesto por la administración del gobernador Luis Fortuño y que ha encontrado oposición en distintos sectores de la sociedad. También contó con la participación de la audiencia.
El Gasoducto del Norte, llamado Vía Verde por el Gobierno, propone construir un sistema de tubería de 92 millas de longitud y 24 pulgadas de diámetro, que discurriría de un extremo a otro de la isla, atravesándola completamente desde el sur en el pueblo de Peñuelas hasta el norte en San Juan. El tubo estaría soterrado a unos 4 pies de profundidad en toda su ruta, excepto en la zona de la costa en Levittown donde sería enterrado a 60 pies de profundidad.
El sistema de tubería transportaría gas natural, que es un compuesto orgánico sin color y olor que se forma tras la acumulación de varias capas de tierra y residuo vegetal y animal por varios millones de años y que es parte de la familia de los combustibles fósiles como lo es el carbón y el petróleo, actualmente utilizados en la isla con el propósito de convertirlos a energía. El gas natural se propone en sustitución del uso del petróleo, ya que supone ser más barato y menos contaminante que el petróleo. Los grupos que se oponen han alertado sobre la susceptibilidad a explosiones o accidentes que puedan causar desastres naturales, ya que se planifica construir por zonas propensas a fallas (zonas de corrosión, inundables, propensas a deslizamientos, tsunamis y riesgo sísmico), y genera temor ante la posible pérdida de vidas y hábitats naturales.
Pero el gasoducto también pone en peligro el patrimonio cultural, dijeron los expertos. El arqueólogo Federico Freites, quien trabajó en la fase 1-A, de evaluación arqueológica previo a la construcción del proyecto del Gasoducto, hizo señalamientos sobre la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) presentada del proyecto Vía Verde. Según dijo, “se obvia segmentos del tramo propuesto, dejándolos sin estudio, abandonando así la posibilidad de descubrir áreas donde seguramente existen restos arqueológicos, incluso obvia yacimientos ya reconocidos que no aparecen registrados en el documento de la DIA”.
Explicó que en todo el trayecto de 92 millas que comprende la servidumbre del proyecto, sólo se recorrieron unas 27.6 millas y en total se dejaron 64.4 millas sin “prospectar”, lo que equivale a un total de 30% recorrido para su evaluación del área a ser impactada. “Al caminar la ruta que me tocó en el recorrido de superficie durante el proceso de estudio, entendí que este proyecto es nefasto para el pueblo ya que no se trata de un tubo inofensivo como mucha gente piensa, se trata de algo que ha de crear una brecha que abrirá a Puerto Rico por la misma mitad, lo que sería un daño irreversible a la topografía de la isla.” añadió el arquitecto.
Juan Camacho Moreno, portavoz del Comité Toabajeño Contra el Gasoducto, expresó que en su ruta propuesta el proyecto del Gasoducto del Norte, impactaría 13 Municipios, 51 Comunidades, 48 barrios, 1,550 cuerdas de bosque, 106 km de la zona del Karso y cientos de cuerdas de valor Agrícola. Destacó que el tubo impactará de manera significativa muchos cuerpos de agua y la flora y fauna de gran parte de nuestra Isla, pues durante la construcción se removerán 8 millones de metros cúbicos de tierra, y todos los árboles y vegetación de unos 1,113 acres de terreno.
“En menos de 9 millas, sólo en el pueblo de Toa Baja, el tubo dejaría un desastre ambiental, afectando 17 sumideros, 7 pozos de agua, 3 quebradas, una laguna, una ensenada, una bahía, un balneario, un río, un estuario, una ciénaga y los humedales boscosos que bordean el balneario Punta Salinas. Impactaría el hábitat de aves migratorias, al traspasar a la mitad la ensenada San Pedro, así como el hábitat del coquí llanero y de la boa puertorriqueña, y varios yacimientos arueológicos de gran importancia”, abundó Camacho.
El Arqueólogo Miguel Rodríguez, Rector del CEAPRC expresó que reconoce que “existen muchos yacimientos arqueológicos en Puerto Rico, a parte de los sitios que ya se conocen, pero los que no se han estudiado, porque están aún ocultos, pueden verse afectados por la construcción del Gasoducto.” Entre los yacimientos arqueológicos en el pueblo de Toa Baja que pueden ser afectados por la ruta propuesta del Gasoducto mencionó la Ermita Nuestra Señora de la Candelaria de la Hacienda el Plantaje, el Yacimiento Histórico Punta Corozo en el Balneario Punta Salinas, el Yacimiento arqueológico de restos humanos en el Río Cocal, la Hacienda Santa Elena y la Casa del Caminero.
“El proyecto del Gasoducto es una oportunidad nueva que se nos ofrece para crear conciencia y seguir luchando por proteger nuestra herencia,” opinó Rodríguez.
Del foro también participó el Dr. Ignacio Olazagasti, quien mencionó que: “Desde el siglo XX hemos visto un crecimiento urbano desenfrenado y desparramado que es preocupante. Hasta ahora la experiencia ha sido que casi todos los proyectos presentados por los gobiernos de turno tienen graves posibilidades ante la conservación de todos los recursos naturales, culturales y materiales”. El también arqueólogo y profesor del CEAPRC manifestó que “permitir la pérdida de un yacimiento arqueológico, por simple que sea, es una pérdida sustancial de nuestro pasado por la pérdida de información, que se traduciría a un pecado mortal en estos llamados tiempos modernos. Si esta fuera a causa de un proyecto que propone el Estado, el que sea, sería una pérdida sin necesidad y justificación, y puede ser detenido por el mismo Gobierno. Es cuestión de planificación seria, acertada y en balance entre el desarrollo económico, conservación y las sociedades que viven entre la ruta del Gasoducto.”
Por su parte el Dr. Sebastián Robiou Lamarche habló sobre el legado indígena, creencias taínas y las representaciones arqueológicas y mostró fotografías impresionantes de hallazgos de algunas piezas de origen taíno y otros artefactos encontrados en la isla que se exhiben en museos del Mundo. Fue seguido por el Dr. Jalil Sued Badillo, quien es catedrático de la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico, y coincidió con los panelistas en su reflexión sobre la presencia indígena en la cultura puertorriqueña. “Puerto Rico no cuenta con buenos laboratorios arqueológicos o museos antropológicos, su riqueza arqueológica material aún se encuentra dispersa y sin inventariar. Los yacimientos locales, sumamente numerosos, se siguen destruyendo a pasos agigantados debido al urbanismo sin planificar, a las construcciones impropias y a las iniciativas imprudentes e innecesarias como lo es el Gasoducto”, sentenció Sued Badillo.
Según indicó Juan Camacho, su mayor preocupación es que más allá del impacto a los recursos naturales el Gasoducto impactará la tranquilidad, salud y seguridad de miles de vecinos, “que vivirán con la presión de estar cerca de un sistema de tubos de metal que pudiera explotar en cualquier momento a causa de la corrosión, efectos naturales, vandalismo, defectos de construcción, por causas de terceros o causas desconocidas.”
El líder ambiental declaró que “este Gasoducto no surge de una necesidad que el país haya enfrentado o discutido, sino de una orden ejecutiva que firmó el Gobernador actual en junio de 2010, al amparo de la Ley #76 del 2000, que declaraba un Estado de Emergencia Energética. Sin embargo en el país no existía, ni existe, ninguna de las tres razones que la ley establece para autorizar a emitir dicha orden por el Ejecutivo, estas son: emergencia a causa de desastre natural o no natural, ya sea a causa de fuego o explosión y que redunde en un estado de deterioro de infraestructura de energía eléctrica”.
“Dejamos claro que no nos oponemos al gas natural como medio alternativo de conversión para la producción de energía, pero sí nos oponemos al tubo como mecanismo de transporte del gas porque es peligroso e innecesario, porque existen otras alternativas. El gas natural puede convertirse en una fuente de transición energética adecuada si lo utilizamos dentro de un plan estratégico y ordenado,” concluyó Camacho.
Un careo al final del foro entre Freites y el también arqueólogo Carlos Aye dio pie para que se realice un nuevo encuentro donde se pueda discutir la DIA del gasoducto. El altercado surgió cuando Aye, que también participó del proceso de estudios arqueológicos, y Freites, se cuestionaron mutuamente.
Freites citó un recorte de prensa local de febrero pasado donde Aye indicaba que “aún no se había concluido la fase 1-A, y que no se habían realizado las excavaciones y que estaban aún en la etapa de investigación y que por lo tanto no se tenía conocimiento claro y preciso de lo que se podía afectar en cuanto a materia arqueológica en la ruta del Gasoducto”. Freites reprochó que en el mismo recorte de prensa Aye mencionara que: “aun así no se vislumbraban atrasos en el inicio de la construcción”, pues entiende que no hay manera de comenzar el mismo, sin haber culminado los estudios corFoto por Luis F. Baerga.respondientes, pues sería faltar a la ética y a los reglamentos dispuestos.
De inmediato se le otorgó un turno de cortesía a Aye, quien arremetió enérgicamente en contra de las expresiones de Freites y catalogó como “una arenga política” el foro y pidió un foro adicional para poder llevar la información necesaria para refutar las expresiones de Freites, pues no estaba preparado con el material que dijo necesitaría para manifestar sus posiciones sobre la Vía Verde.
Autor: Luis Francisco Baerga Colón
Fuente: http://www.80grados.net/2011/03/arqueologos-alertan-sobre-riesgos-por-la-ruta-del-gasoducto-para-el-patrimonio-arqueologico/
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