BORIKEN - Es un insulto a la cultura de un pueblo la destrucción de su patrimonio histórico-arqueológico ante la mirada impasible de las autoridades pertinentes.
Desde hace años la antigua Hacienda Santa Bárbara en el Municipio de Gurabo es saqueada ante la actitud indiferente del Instituto de Cultura, el Consejo de Arqueología Terrestre y la administración municipal. Durante la primera semana del mes de marzo de 2011, vándalos penetraron en los terrenos de este patrimonio histórico y con equipo pesado comenzaron a remover la maquinaria historia ante la indiferencia de las autoridades pertinentes. Los vándalos hicieron un camino en terrenos protegidos por la Ley 112, arrancaron una caldera de su sitio y la comenzaron a montar en un trailer que trajeron exclusivamente para estos fines. Vandalizaron el balancín y se llevaron impunemente parte del hierro.
Este saqueo se pudo impedir por la pronta acción de los vecinos que llamaron a la policía municipal la cual impidió que continuara. Al final los vándalos salieron impunes y no se les sometieron cargos. Además los grafiteros han hecho de las suyas pintando las chimeneas casi doble centenarias.
Desgraciadamente, para el pueblo de Gurabo no es la primera vez que estas cosas ocurren. Para los 90, se arrasó con equipo pesado la antigua aldea del Piñal ante la actitud pasiva de los políticos de aquel entonces.
¡Esto es una vergüenza para la historia de un pueblo!
Autor: Ángel Rodríguez Ph.D.
Fuente: Especial en CLARIDAD
* El autor es Arqueólogo e historiador.
Desde hace años la antigua Hacienda Santa Bárbara en el Municipio de Gurabo es saqueada ante la actitud indiferente del Instituto de Cultura, el Consejo de Arqueología Terrestre y la administración municipal. Durante la primera semana del mes de marzo de 2011, vándalos penetraron en los terrenos de este patrimonio histórico y con equipo pesado comenzaron a remover la maquinaria historia ante la indiferencia de las autoridades pertinentes. Los vándalos hicieron un camino en terrenos protegidos por la Ley 112, arrancaron una caldera de su sitio y la comenzaron a montar en un trailer que trajeron exclusivamente para estos fines. Vandalizaron el balancín y se llevaron impunemente parte del hierro.
Este saqueo se pudo impedir por la pronta acción de los vecinos que llamaron a la policía municipal la cual impidió que continuara. Al final los vándalos salieron impunes y no se les sometieron cargos. Además los grafiteros han hecho de las suyas pintando las chimeneas casi doble centenarias.
Desgraciadamente, para el pueblo de Gurabo no es la primera vez que estas cosas ocurren. Para los 90, se arrasó con equipo pesado la antigua aldea del Piñal ante la actitud pasiva de los políticos de aquel entonces.
¡Esto es una vergüenza para la historia de un pueblo!
Autor: Ángel Rodríguez Ph.D.
Fuente: Especial en CLARIDAD
* El autor es Arqueólogo e historiador.
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