miércoles, 15 de febrero de 2012

Por qué debemos marchar

El montaje de la mega-obra del gasoducto y el intento de adormecer al pueblo para saquear millones de dólares quedó al descubierto. Aun así, y cual ladrón que a plena luz del día se presenta sin antifaz para atracar un banco, este Gobierno le arrebató $60 millones a los abonados de la AEE en un gasoducto innecesario y técnicamente deficiente.

Esto es mucho dinero para un país al borde de la bancarrota. Pero abismal sería si se adjudican otros $800 millones. Con pleno control del Ejecutivo, del Legislativo y del Tribunal Supremo, el robo legalizado a través de gobernar por “decreto de emergencia” le dio a esta pandilla licencia para esconder la verdadera tasa de inflación, un récord, para una obra que comenzó por $150 millones dos años atrás.

El pueblo desenmascaró la mentira de la cínica “Vía Verde”. También reconoce el “spin” político que Luis Fortuño ha querido dar a “Vía Verde”, intentando argumentar ahora que eso es más que una tubería.

Igual quedó al descubierto la inmoralidad de los empresarios amigos del gobernador que fueron beneficiados por los contratos millonarios mientras nosotros tenemos que pagar la nueva tarifa del “ajuste por combustible”.

Manipularon la información técnica para favorecer una opción absurda como un tubo sin gas. Ahora vienen con las barcazas, las mismas que fueron sugeridas desde el principio de la discusión. Pero claro, no podían ser las barcazas la primera opción pues, ¿a qué familia tendría que expropiar New Star Acquisitions en el mar? ¿Qué diseño de tubería salvaría al amigo de Fortuño de la bancarrota?

Alerta, pueblo, con el manejo de las alternativas al gasoducto, pues se manejan a espaldas del pueblo. Aun cuando el gobernador las tiene sobre su escritorio, todo parece indicar que la razón para mantener en respiración artificial al gasoducto es ganar tiempo.

¿Ganar tiempo para qué? Oportunidades ha tenido el gobernador para salir menos golpeado políticamente de esta tumba que él mismo se ha cavado. ¿Será que están buscando empatar a otro amigo de Fortuño en las nuevas contrataciones? ¿Será que aún no llegan a un acuerdo para balancear la chequera para la campaña electoral?

Cuando este Gobierno se ha dedicado a atropellar con impunidad a los trabajadores, a la UPR, al Colegio de Abogados, al Instituto de Cultura Puertorriqueña, a los del Caño Martín Peña o a los residentes de Vieques y Culebra con un pésimo servicio de transporte, la derrota del gasoducto se les hace difícil de tragar y es mucho más complicado de digerir en La Fortaleza.

Entonces, ¿por qué debemos marchar el 19 de febrero a La Fortaleza? Por tratarse de un asunto más allá del gasoducto, porque se trata del país nuestro y de denunciar a un gobierno deficiente de valores, que no tiene palabra, que engaña, que no responde ni escucha a su gente y que siembra abundante y profunda desconfianza en su gestión.

Allí estaremos en marcha porque más de un centenar de familias perdieron sus títulos de propiedad bajo un proceso abusivo de expropiación y donde el daño social rebasa los daños económicos.

Marcharemos porque mientras continúan con el gasoducto, destruyen 20,000 árboles en Punta Verraco en Guayanilla y cientos de cuerdas de alto valor agrícola; porque otorgan concesiones absurdas en nuestros bosques, y porque facilitan que cenizas venenosas de carbón sucio en Guayama se dispersen por nuestro país.

Nos juntaremos todos en la marcha del 19 de febrero porque se dedican a privatizar las playas, porque quieren imponernos incineradores como si fueran fuentes de energía limpia y también porque desregulan zonas críticas como el Corredor Ecológico del Noreste para favorecer desarrollos impropios para el lugar.

Porque hay que defender nuestro país. Esto es un asunto de responsabilidad con nuestros hijos. Para un gobierno sin corazón, una lección de amor es la única respuesta posible. Marchemos juntos el próximo domingo a La Fortaleza: Puerto Rico firme contra el gasoducto.

Autor: ARTURO MASSOL DEYÁ
Fuente: elnuevodia.com

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